
¡Cuando estás en una relación todo es color de rosas! Hasta que llega ese día en el que sientes, tarde o temprano, que no puedes ser tú misma o expresar de una forma sana todo lo que deseas y necesitas. La comunicación en la relación de pareja es muy importante, especialmente si tienes la ventaja de expresar tus necesidades y deseos de manera efectiva.
La comunicación es una de las piedras angulares en cualquier romance, especialmente en las relaciones lésbicas o queer, donde a menudo no hay roles de género tradicionales para poder orientarnos.
Posiblemente los consejos que compartiré contigo a continuación te sirvan para mejorar tu comunicación en la relación y expresarle a ella, de un modo razonable, empático y sano, todo lo que deseas y necesitas para sentirte a gusto... Sin embargo, ¡no lo olvides! La reciprocidad es importante: piensa que, como tú, ella también necesita ser escuchada y posiblemente quiera compartir contigo cosas relevantes.
¡Aquí vamos, chiquillas!

Sé honesta contigo misma
Antes de poder comunicar tus necesidades y deseos a tu pareja, debes estar segura de cuáles son esas cosas que tanto ansías. Especialmente debes considerar si aquello que ansías es razonable o viable, evitando así caer en las temibles garras del egoísmo.
Tómate el tiempo para reflexionar sobre lo que realmente necesitas y deseas en tu relación.
¿Necesitas más tiempo juntas? Es factible, especialmente cuando son personas muy ocupadas o tienen cargas de responsabilidades o hacen actividades distintas.
¿Te gustaría que te prestaran más atención? Aquí debes tener cuidado en no caer en los excesos. La verdad es que siempre hay una cantidad de atención que es saludable, mientras que si abusamos de esta necesidad podríamos rozar ya los linderos de las relaciones tóxicas. ¡Dosifica! Un poquito de indiferencia puede resultar sensual y divertido la mayoría de las veces.
¿Deseas explorar nuevas formas de intimidad? ¡Muy válido y no solo eso: muy recomendable! Sin embargo el sexo suele ser un tema álgido en las parejas que no se comunican frontalmente. Trata de hablarlo con ella de una forma empática, persuasiva y muy especialmente respeta su posición con respecto a ciertas prácticas e ideas. Recuerda que en la intimidad el consenso es la base de todo.
¡Una vez que tengas una idea clara de lo que quieres, podrás comunicárselo a tu pareja de manera más efectiva!

Elige el momento adecuado para hablar con ella
No todas las conversaciones son apropiadas para cualquier momento. Si la agobias con conversaciones trascendentales un lunes por la mañana al dirigirse al trabajo; cuando acaba de llegar a casa luego de un largo día; o mientras está de mal humor porque acaba de tener un desacuerdo con un cliente o algunos de sus superiores... Cariño, vas por mal camino.
Lo creas o no, el tiempo de la conversación es clave para inclinar la balanza en favor de ambas. Si las dos están propicias para conversar empáticamente y prestándose atención... ¡muchas cosas buenas saldrán de la charla!
Elige un momento en el que ambas estén relajadas y abiertas a escuchar y hablar. También es importante tener en cuenta que a veces es mejor dejar pasar una discusión y volver a ella en un momento más adecuado. Que no lo tome bien de buenas a primeras no quiere decir que el tema debe quedar enterrado para siempre, especialmente si es algo importante para ti.

Usa "yo" en lugar de "tú"
Parece una tontería, pero te puedo asegurar que es muy importante usar el enfoque correcto cuando se trata de una conversación incómoda. Te puedo decir por experiencia propia que a las otras personas no les sienta nada bien sentir que hablas como si pudieras leer sus pensamientos, asumiendo cosas que no necesariamente son ciertas y... (muy IMPORTANTE, chiquillas, ¡mucho!) culpabilizándolas de cosas que no necesariamente son su responsabilidad.
De esto podemos hablar largo y tendido, pero debes tener presente en tu reflexión que algunas veces lo que es una necesidad o un deseo para ti, no necesariamente es algo de lo que la otra persona tenga que hacerse cargo. Tú debes ser honesta contigo y con ella y tomar consciencia acerca de cuán responsable eres en el manejo de tus expectativas.
Precisamente por esto, cuando expreses tus necesidades y deseos a tu pareja, trata de hacerlo desde tu perspectiva. En lugar de decir "tú nunca me prestas atención", di "yo me siento ignorada a veces". De esta manera, no estás acusando a tu pareja de nada, simplemente estás comunicando cómo te sientes.

Trata de ser específica en tus deseos y necesidades
La piedra angular de los malentendidos se basa en divagar y en divagar... No es lo mismo decir: me encantaría que tuviéramos sexo una vez a la semana, cuando menos, a decir: me gustaría tener más momentos de intimidad.
A ver, cariño... Un momento de intimidad puede consistir en caricias y besitos tiernos mientras están tendidas en el sofá viendo una serie de estreno en Netflix. Y si estos encuentros son esporádicos, tu pareja podría entender que cuando demandas más intimidad, te refieres a aproximarse de esa manera en cuanto les sea posible.
Si eres clara y justa al expresarte, ella podrá entender mejor lo que esperas de la relación. Del mismo modo, ella debería recurrir también a la misma honestidad cuando te haga saber lo que piensa de tus proposiciones. PROPOSICIONES, no EXIGENCIAS, porque esto puede resultar irritante para algunas personas. Sé persuasiva, pero sobre todo sé equilibrada y justa.
Cuando hables de tus necesidades y deseos, trata de ser lo más específica posible. En lugar de decir "quiero pasar más tiempo juntas", di "me gustaría que tuviéramos una cita semanalmente". Cuanto más específica seas, más fácil será para tu pareja entender lo que necesitas.

Si no la escuchas, no pretendas exigir lo mismo para ti
Ya saben lo que dicen: el que mucho pide, es porque poco da; y el que mucho da, por lo general poco pide. Si demandas que te preste más atención y te escuche, tienes que hacer lo mismo. La relación es de dos y debes tenerlo presente siempre.
La comunicación es un proceso de dos vías, así que asegúrate de escuchar también a tu pareja. Trata de entender sus necesidades y deseos, y de encontrar una solución que satisfaga a ambas. Si trabajan juntas, podrán lograr una relación más fuerte y satisfactoria.

Aprende a negociar con amor, empatía y justicia
En cualquier relación, habrá momentos en los que tus necesidades y deseos entren en conflicto con los de tu pareja. Aprender a negociar es una habilidad importante que te ayudará a encontrar soluciones que funcionen para ambas. No se trata de ceder siempre, sino de encontrar un equilibrio justo que satisfaga a ambas.
Tómate el tiempo para entender lo que necesitas y deseas, y comunícalo a tu pareja de manera clara y específica. Escúchala también a ella y aprende a negociar para encontrar soluciones que funcionen para ambas. Con práctica y paciencia, podrás construir una relación fuerte y satisfactoria.
¡La mejor de las suertes para ambas en esa conversación complicada!
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